En movimiento, acordes suaves.
Para viajar me gusta pensar en ti.
Para estar frio me gusta viajar a aquí.
¿A quién pertenece la quietud si no al viento?
A cada momento disfruto de tu brisa, me dejo guiar con la risa del otoño casi muerto.
Si buscamos pensamientos no encontramos recuerdos.
Me siento como un niño a la espera de una sorpresa, me inquieta el futuro de los brazos.
Desarmados caímos en la melancolía, dejamos que nos hunda un cuchillo en la mente y arrastrarnos a una lenta muerte
Esta pequeña muerte nostálgica cambia a voluntad para llevarse consigo la escasa felicidad de nuca volver a estar.
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